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En Anís del Mono cuidamos todo el proceso de la elaboración de este líquido tan preciado, desde la recolección de la materia prima hasta el embotellado. Seleccionamos con mimo y cuidado los diferentes ingredientes que tradicionalmente se usaban por sus propiedades digestivas.
Desde el momento de la siembra de la matalahúva hasta su recolección, los agricultores cuidan con mimo cada planta para conseguir que todas las semillas recogidas sean de una calidad excepcional.
Una vez recolectada, la grana llega a un depósito donde se mezcla con el agua desmineraliza, para después ser enviada a los alambiques de cobre de la sala de destilación.
El proceso de destilación nos dará finalmente el preciado aceite esencial, el ingrediente mágico de Anís del Mono.
En nuestra sala de destilación podemos encontrar ocho alambiques de cobre, y aunque parezca sorprendente, ¡son los originales del siglo XIX!
En cada alambique se destila la matalahúva con agua purificada. Otros elementos imprescindibles en la elaboración del Anís son el alcohol y el jarabe.
En la sala de mezclas hay varios depósitos que contienen alcohol de origen agrícola , jarabe, y aceite esencial. Gracias a la mezcla de todos ellos obtenemos el anís tan distintivo de Anís del Mono. Después, se verifica que este preciado líquido cumple con todos los requisitos y se realiza un último filtrado. Así es como elaboramos el anís que conserva el mismo sabor y la intensidad de hace 150 años atrás. Ahora solo falta embotellar, ¡y listo para disfrutarlo!
